
BOCHINCHE EN FENWAY: RAFAEL DEVERS LE DICE “NO” A LA PRIMERA BASE Y REVUELCA EL CLUBHOUSE DE LOS RED SOX
Por tu cronista del bonche deportivo, directo desde el dogout del drama…
Prepárate para esta línea caliente porque lo que está pasando en Boston no es una simple racha fría… esto es un incendio con olor a azufre en el Fenway Park.
Resulta que Rafael “Carita” Devers, la cara visible de los Red Sox, está en el ojo del huracán, y no por un batazo kilométrico, sino por armar un bochinche de grandes ligas. Cuando el equipo le pidió que se pusiera el guante en la primera base tras la lesión de Triston Casas, Devers soltó un “NO” que retumbó desde el dugout hasta las gradas. Según él, cuando firmó el contrato, le prometieron que solo sería bateador designado.
Y así mismo lo dijo:
“A mí me dijeron que solo iba a ser bateador designado. Esa fue la palabra.”
El ambiente se puso tenso. En el clubhouse se siente el hielo, y entre los compañeros hay caras largas, comentarios entre dientes y malestar flotando en el aire. Mientras tanto, la afición está partida: unos lo defienden como figura del equipo, otros lo tildan de mal compañero y lo acusan de tener más ego que batazos últimamente.
Y hablando de eso… su arranque de temporada ha sido, digamos, memorable por las razones equivocadas: 12 ponches en sus primeros cuatro juegos. Un récord nada agradable, ni para él ni para el equipo.
Los Red Sox aún están a dos juegos del comodín, pero con una plantilla flaca, un clubhouse dividido y su principal figura en guerra con la gerencia, las aspiraciones de octubre están en la cuerda floja.
¿Será que Devers recula y agarra el guante por el bien del equipo? ¿O estamos viendo el principio del fin de su era en Boston?
Una cosa está clara: este no es el Boston de Ortiz, Manny ni Pedro, pero el drama… ese sigue siendo de Serie Mundial.